Carles Puigdemont quiere volver a gozar de privilegios inmediatos, aĆŗn antes de aprobarse la ley de amnistĆa. El pasado lunes 6 de noviembre, su jefe de gabinete, Josep LluĆs Alay, enviĆ³ una carta al consejero de Interior, Joan Ignasi Elena, para solicitarle una escolta urgente debido a la āgrave situaciĆ³n de inseguridadā. Le exige āla asignaciĆ³n inmediata y con carĆ”cter de urgencia de los efectivos de escolta de Mossos que son necesarios para el desarrollo de las funciones del president Carles Puigdemont (ā¦) teniendo muy presente el aumento del nivel de peligrosidad y riesgo para la persona, detectado especialmente desde hace algunas semanas, hecho que es pĆŗblico y notorioā. El ministro de Presidencia, FĆ©lix BolaƱos, ha confirmado esta misma maƱana que el Gobierno tramitarĆ” dicha peticiĆ³n, pese a tratarse de un prĆ³fugo de la Justicia que, si a dĆa de hoy pisa territorio nacional, tendrĆa que ser detenido.
“Nadie cuestiona la seguridad de las personas, por muchas diferencias ideolĆ³gicas que pueda haber”, ha suscrito BolaƱos en una entrevista en RAC1, donde tambiĆ©n ha avanzado que cree “que el Ministerio del Interior la tramitarĆ” y seguro que resolverĆ” lo que proceda”. Lo cierto es que Puigdemont ha sido increpado en lugares pĆŗblicos por ciudadanos que le han gritado improperios: desde Alemania a Bruselas, pasando por Collioure, el fugado ha tenido que soportar imprecaciones de ciudadanos espaƱoles que le reconocĆan por la calle.
El mandatario fugado siempre ha tenido un miedo atroz a cualquier agresiĆ³n. En Alemania, poco despuĆ©s de ser puesto en libertad tras su detenciĆ³n en marzo de 2018, un ciudadano le increpĆ³ en un lugar pĆŗblico (solamente le gritĆ³: “Golpista”) y Ć©l se asustĆ³. Desde aquel momento, comenzĆ³ a hacer partĆcipes a su entorno de que temĆa por su seguridad e incluso por su vida. A partir de ese momento tambiĆ©n realizĆ³ frecuentes viajes a Hamburgo, desplazĆ”ndose a menudo por el paĆs teutĆ³n para minimizar el riesgo de agresiĆ³n.
La crispaciĆ³n de una parte de la sociedad espaƱola le supone ahora otro peligro aƱadido, ya que no hace mucho fue abucheado en Bruselas. Por ello, como ya hiciera en otras ocasiones, Alay apela a que Puigdemont es expresident y, como tal, tiene derecho a llevar escolta. El jefe de gabinete echa en cara al conseller Elena que hace 22 meses que le enviĆ³ una carta haciendo la misma peticiĆ³n, pero que no recibiĆ³ contestaciĆ³n. En la nueva misiva, exige el derecho a otorgarle āla mĆ”xima protecciĆ³nā, aunque obvia el hecho de que es aĆŗn un prĆ³fugo de la Justicia espaƱola. Pese a todo, las circunstancias han cambiado, con un pacto firmado y una ley de amnistĆa en la cocina.
El Ministerio del Interior matiza a El Confidencial que por el momento no tienen ninguna peticiĆ³n de escolta por parte del expresidente Puigdemont encima de la mesa. AƱaden que, si esa solicitud de protecciĆ³n personal se ha cursado a los Mossos d’Esquadra, la policĆa catalana es un cuerpo integral con competencias para adoptar la decisiĆ³n que entiendan mĆ”s acertada, sin participaciĆ³n del departamento que dirige Fernando Grande-Marlaska.
“Tiene derecho a escolta”
Fuentes de la consejerĆa de Interior seƱalan a El Confidencial que “la peticiĆ³n de escolta no es nueva. Pero, cuando esa escolta es en un territorio fuera de CataluƱa, hemos de pedir permiso al Ministerio del Interior. Ya la pidieron los exconsejeros Miquel Buch y Miquel SĆ mper. El conseller Elena tambiĆ©n la pidiĆ³ hace unos meses, pero la denegaron. Ahora parece que la cosa va por mejor camino”.
Desde el Govern se entiende que, ācomo expresident, tiene derecho a llevar escolta. AsĆ lo dice la ley. Pero, como vive en BĆ©lgica, no es una decisiĆ³n que dependa de nosotros, sino del Ministerio del Interior. El ministro Fernando Grande-Marlaska es quien tiene la Ćŗltima palabraā. Tras el pacto al que llegaron JxCAT y PSOE, la situaciĆ³n se ha aclarado mucho y, de hecho, si sale adelante la ley de amnistĆa, Puigdemont no tendrĆ” ningĆŗn cargo pendiente ante la Justicia, por lo que conservarĆ” intactos todos sus derechos como expresidente.
Durante estos aƱos, Puigdemont ha mantenido en su palacete de Waterloo una discreta escolta de seguridad formada por mossos de permiso. SegĆŗn ha podido conocer El Confidencial, una quincena de agentes se han ido turnando para realizar labores de vigilancia en el palacete, aunque tienen prohibido salir al exterior para impedir que les puedan descubrir. La vigilancia se realiza desde una sala del edificio, cuyo exterior estĆ” plagado de cĆ”maras. Durante aƱos, la seguridad fue coordinada por el sargento LluĆs EscolĆ , recientemente condenado, junto al exconsejero de Interior, Miquel Buch, por realizar labores de escolta de Puigdemont cuando oficialmente tenĆa que cumplir su labor de asesor del conseller. Buch fue condenado a cuatro aƱos y medio de cĆ”rcel y EscolĆ , a cuatro aƱos de prisiĆ³n.
Buch habĆa pedido al Ministerio del Interior permiso para poner escolta al fugado, pero el Gobierno central siempre denegĆ³ la peticiĆ³n. De ahĆ que simulase la contrataciĆ³n de EscolĆ como asesor y que este siguiese a Puigdemont por medio mundo como escolta pese a que oficialmente decĆa que tenĆa una grave lesiĆ³n de espalda que le impedĆa trabajar de guardaespaldas.